Arturo Soria

Del inventor al urbanista

Juan de la Cierva y la Ciudad Lineal

21 septiembre 2020 | El Proyecto | 0 Comentarios

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Artículo de:

Javier Rodríguez Cabello

Historiador del Arte, guionista y diseñador gráfico, Javier Rodríguez Cabello se ha dedicado, sobre todo, a cuestiones de Patrimonio Histórico, incluso desde la política autonómica con alguna propuesta y colaboración en la Asamblea de Madrid. Como guionista, entre otros trabajos, tiene redactado el proyecto de una serie para televisión, bajo el título ‘Sueños de hierro’, en la que se narraría la épica construcción de la Ciudad Lineal.

Cuando se cumplen 125 años del nacimiento de Juan de la Cierva, cabe recordar como pequeño homenaje que, aunque sea un hecho poco conocido, el célebre inventor habría sido en su adolescencia uno de tantos espectadores de los primeros vuelos de exhibición que tuvieron lugar sobre Madrid desde su primer Aeródromo, el Parque de Aviación de la Ciudad Lineal, inaugurado en 1910 a la altura del actual número 485 de la calle de Alcalá. Así recoge José Warleta, biógrafo de Juan de la Cierva, el momento de ese mismo año en que su padre le llevaría allí con su hermano y un compañero de colegio (que después también tendría su relevancia en el sector aeronáutico):

 “Juanito y Ricardo de la Cierva, con su amigo Tomás de Martín-Barbadillo, fueron con don Juan a ver el primer vuelo de Mamet en la Ciudad Lineal el 23 de marzo”.

No deja de llamar la atención lo que «La Ciudad Lineal» exponía en el número siguiente a tal fecha, el 408 de 30 de marzo de 1910:

El parque de aviación satisface cumplidamente la necesidad de que Madrid goce de esta novedad de los tiempos. Los dos primeros días de ensayo indican que puede ser un buen negocio, arreglando bien los precios de las localidades, disponiendo conferencias científicas y enseñanzas prácticas de aviación y de construcción de motores. Para la festividad de San Isidro hay en el Parque de aviación de la Ciudad Lineal sitio holgado donde acampar todos los romeros con las tiendas y tenderetes, cocinas y puestos acostumbrados pagando mucho menos o nada. La cuestión es saber llamar al público y organizar con tiempo la semana de las fiestas de San Isidro transformando esta diversión popular un tanto ordinaria y anticuada en fiesta del progreso, en fiesta culta, en que millares de grupos de familias y de amigos almuerzan, meriendan y bailan al aire libre y contemplan al mismo tiempo las maravillas de la aviación, los primeros vacilantes pasos de la conquista del aire”.

Planeador construido por Juan de la Cierva y sus amigos y volado en los Altos del Hipódromo en 1910

Planeador construido por Juan de la Cierva y sus amigos y volado en los Altos del Hipódromo en 1910.

Así pues, y volviendo a Juan de la Cierva, Juanito aún por entonces, ya sería el polivalente Velódromo de la Ciudad Lineal (que en muchas ocasiones se confunde con el Parque de Aviación), con el que también contaba el proyecto de Arturo Soria en la manzana 87, el que le habría servido al poco tiempo para unas primeras experiencias aéreas junto a sus amigos José Barcala y Pablo Díaz, con quienes constituyó la firma B.C.D. (que respondían a las iniciales de los apellidos de los tres). Al respecto, Warleta continúa:

“Como campos de ensayos, los muchachos usaron los desmontes del Cerrillo del Sastre frente al hipódromo de la Castellana, y las laderas del desaparecido velódromo de la Ciudad Lineal, lugar cedido por mediación del periodista deportivo Ricardo Ruiz Ferry, que también ayudó al trío en otras ocasiones (…). En la Ciudad Lineal se intentó sin éxito el remolque del planeador por automóvil (Barcala, también increíblemente para un chico de 14 años, tenía un De Dion Bouton de 4 CV)”.

Julien Mamet

en los primeros vuelos sobre Madrid en marzo de 1910, ante un público entre el cual se encontraría Juan de la Cierva

Es una lástima que apenas existan pruebas gráficas de tales experimentos (y ninguna de la Ciudad Lineal), pues los tres jóvenes emprendedores los llevaban a cabo de forma un tanto clandestina (con la aquiescencia, eso sí, de un siempre inquieto Ruiz Ferry) ante la oposición de sus progenitores. De hecho, el padre de quien llegaría a ser el genial inventor del Autogiro, antes aludido sin más como don Juan, era el prestigioso político y abogado Juan de la Cierva Peñafiel, que no veía en principio con buenos ojos la trayectoria elegida por su hijo, prefiriendo para él una carrera jurídica más afín a la suya propia.

Tras aquellos ensayos llevados a cabo tanto en la Ciudad Lineal como en los alrededores del Hipódromo de la Castellana y el Retiro, sería ya en Cuatro Vientos, en 1912, cuando volara un biplano eficaz construido a partir de tales experiencias por el grupo de amigos, el BCD-1, que pilotó el francés afincado en la capital de España Jean Mauvais (otro conocido de la Ciudad Lineal, participante un año antes, por ejemplo, en la accidentada Copa de Madrid que salía del Parque de Aviación). Aunque bastante eclipsado por el posterior y más célebre invento de Juan de la Cierva, ese primer aparato, por cuyo color rojo recibió el sobrenombre de “Cangrejo”, supuso también en su momento todo un hito para la naciente aviación española.

Biplano BCD-1 "Cangrejo"

Biplano BCD-1 «Cangrejo»

La historia de la Aviación en La Ciudad Lineal dará para contenidos más extensos, pero no es nada casual, como bien se puede ver, que donde se situaba un recinto tan versátil como el velódromo (el mismo que apenas una década después sirviera también como efímero campo de fútbol del Real Madrid) se encuentre en la actualidad el departamento de Desarrollo Internacional de Aena. Y es digno de mención y motivo de orgullo, por supuesto, que la Ciudad Lineal formara parte de la incipiente trayectoria de Juan de la Cierva, uno de los más grandes genios, sin duda, que ha dado la historia española.

Bibliografía principal:

Warleta, J., «Autogiro. Juan de la Cierva y su obra», Madrid, Instituto de España, Colección ‘Cultura y Ciencia’, 1977.

 

Otras fuentes:

Revistas «La Ciudad Lineal», «Aviación» y «Aeroplano».

Historias Matritenses