Arturo Soria

Del inventor al urbanista

Feminismo

8 marzo 2020 | Artículos | 0 Comentarios

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Artículo de:

Cristina Keller Ledesma-Ramos

Cristina Keller se dedica desde hace ya casi dos décadas al área de la comunicación, publicidad y marketing. Compatibiliza su actividad con otras responsabilidades, entre ellas el desarrollo de este apasionante proyecto.

Escrito hace más de un siglo, el artículo que hoy presentamos no ha encontrado fecha de caducidad. Cuando Arturo Soria cuenta ya con 62 años, con la mente despierta y abierta defiende una vez más el talento, reclamando el lugar que le corresponde a cada persona que con su constancia, esfuerzo y sacrificio de estudio aspira a llegar a un lugar nunca antes vislumbrado. En efecto, en esta ocasión admira y defiende el feminismo abanderado en España por Concepción Arenal y especialmente dirigido a una gran olvidada, María Encarnación La Rigada.

Sus palabras son tan exactas que son dignas de publicarse en esta fecha dedicada al día internacional de la mujer, a la mujer trabajadora, a cada una de ellas, con sus anhelos y sus diferentes realidades, pero que juntas conseguirán la equidad en todos los aspectos de la vida.

Hay que añadir a esta reflexión que no todo el mundo se atrevería a decir estas palabras en el tiempo en que fueron escritas y difundidas en un medio público, lo que nos debería despertar la curiosidad por lo progresistas que eran los habitantes de la Ciudad Lineal.

Añadiremos que la C.M.U. (Compañía Madrileña de Urbanización) estaba constituida por accionistas entre los que se encontraban también mujeres que tenían derecho a voz y voto. Algunas de ellas hasta tienen calles con sus nombres: Josefa Valcárcel, Condesa del Venadito, Marquesa de Torrecilla, Julia Balenchana, Pilar y Angelita Cavero. Un 12% de las calles de la Ciudad Lineal llevan nombre de mujer sin que fuesen reinas, vírgenes o santas y no por ello son menos merecedoras.

La Ciudad Lineal

«Revista de higiene, agricultura, ingeniería y Urbanización»

Nº273

20 de Junio 1906

Autor: Arturo Soria y Mata

La mujer española piensa, estudia y como tiene ideas propias desea exponerlas, emitir su juicio, defender lo que cree justo, aspira á salir por completo de la esclavitud del derecho romano, a conquistar por su propio esfuerzo el puesto que merezca en las ciencias, en las artes y en la vida.

Viva simpatía siento por cuantos luchan y trabajan por mejorar su condición y por influir pacífica y legítimamente en perfeccionar las leyes y las costumbres. Por esto simpaticé desde niño con las ideas de aquella gran mujer que se llamó en vida Concepción Arenal. ¡Qué esfuerzo tan gigantesco de pensamiento y de voluntad para atreverse en su tiempo a lanzar tan discretamente como lo hizo las ideas de redención de la mujer!.

Si hoy resucitara el apóstol del feminismo, vería con satisfacción cuanto han fructificado las semillas de los generosos pensamientos que en vida sembró.

Quizá viera con recelo, ‘Como nos sucede a varios simpatizadores del movimiento feminista, su doble orientación, por un lado, hacia la dignificación de la personalidad femenina y por otro hacia el cocottismo. 

Desde la señorita doña María La Rigada que es hoy la representación viva más genuina de doña Concepción Arenal, hasta la Fornarina, estos dos opuestos polos del feminismo, hay toda una serie de mujeres de mérito extraordinario, una multitud de matices, de mezclas de colores, que conviene ir clasificando, ya que no es posible cortar esta cadena de mujeres de mérito con el cuchillo de nuestra preferencia.

Entre las mujeres que enseñan y las que enseñan demasiado, estoy por las primeras, estoy con mis clásicos, como Concepción Arenal, estoy con la más alta representación del feminismo correcto, el de la discípula y admiradora de Concepción Arenal, la señorita La Rigada.

Como oradora es muy notable. De un hilito de voz apenas perceptible, como si en él estuviese toda la modestia de su persona, van saliendo frases amables y sugestivas, construidas sin la más leve incorrección gramatical; primero agradan y cautivan el ánimo por la plácida tranquilidad de las ideas; después causan admiración al considerar la fortaleza de hierro, la firme dialéctica de las razones expuestas; luego conmueven profundamente los sentimientos de exquisita delicadeza que embalsaman el ambiente intelectual de su discurso.

Al concluir, el auditorio experimenta la impresión de que aquella mujer, la más débil del sexo débil en la apariencia, es una mujer fuerte, de entendimiento superior, de voluntad fortísima, que no se atreve a poner en las palabras y en los gestos oratorios el fuego, la elocuencia interior arrebatadora de que se siente poseída, por no acentuar demasiado su personalidad, para ocultar su superioridad y escapar así a los peligros que todo mérito real sufre.

Cuando lean ustedes que la señorita Rigada hablará en la Sociedad Española de Higiene o en cualquier otro centro de cultura, procuren oírla y se convencerán de la exactitud de este juicio.

Sin necesidad de esto pueden los lectores empezar a conocer a esta mujer notable. Basta con leer el principio del prospecto que acabamos de recibir y que reproducimos como la mejor recomendación que del intento periodístico-feminista pueda hacerse. Dice así:

LA GACETA DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA:

 MINERVA

Vuelve al estadio de la prensa, bajo la dirección de la profesora de la Normal Central señorita María Encarnación de La Rigada. De su redacción forma parte su antiguo Director Sr. D. Hermenegildo Montes.

En La Gaceta de Instrucción Pública—MINERVA — encontrará la mujer española terreno abonado para que germino la simiente de sus nobles aspiraciones como ser social, como sujeto de derechos y deberes; la de sus ideales éticos, estéticos, científicos, literarios ó de otro cualquier orden que cultive con vocación y amante solicitud, dentro del mundo de la idea y del mundo del sentimiento.

Intenta esta publicación que los actos volitivos de la mujer educada tengan un campo de maniobras en el que se hagan fructíferos para la sociedad: se propone dar el toque de atención para que se percate la patria de lo que es y lo que vale la mujer española del siglo XX; desea servir a ésta de placa sensible que recoja la impresión de su silueta psicológica, mediante las vibraciones producidas por la luz meridiana de la equidad y la justicia, placa que sea revelada por la opinión pública y de la que se obtengan positivas que fijen el verdadero valor de la imagen que representan; aspira, en fin, a que la mujer tenga en sus columnas algo así como un recinto solariego en que cobijarse, cuando, próxima a desmayar, se sienta rendida y desalentada en la jornada de la lucha por la existencia. La mujer profesional, la obrera manual y la jornalera, serán motivo de la ternura y amante protección que necesiten.

Conviene que la opinión pública se entere de que, al desplegar la bandera del ejército nacional femenino, no se propone La Gaceta de Instrucción Pública—MINERVA—ser una revista, por y para la mujer, sino por y para todos.

Arturo Soria. 

Concepción Arenal

1820 -1893

Estudió en Madrid derecho, sociología, historia, filosofía e idiomas teniendo que acudir a clase disfrazada de hombre para sortear las dificultades que en su época limitaban el acceso de las mujeres a la universidad.

Su matrimonio con el escritor Fernando García Carrasco da comienzo a su carrera profesional como escritora y articulista en el diario liberal «La Iberia». Publica ensayos sobre la beneficencia y las desigualdades sociales, nombrada Visitadora de prisiones de mujeres por la propia Isabel II, se convierte en la primera mujer premiada por la Academia de Ciencias Morales y Políticas.

Vivió de primera mano las opresiones de una sociedad profundamente machista escribiendo recurrentemente sobre la condición desigual de la mujer respecto al hombre y la necesidad de que el sistema penitenciario fuera un instrumento de reinserción más que de castigo. El paso del tiempo la convirtió en una las figuras más memorables del siglo XIX en España.

María Encarnación de La Rigada

1863 -1930

Participó de forma activa, a lo largo de su vida, en multitud de asociaciones e instituciones. Desde 1898 fue socia de la Sociedad Española de Higiene desde la que trabajó a favor de la Ley de Protección de la Infancia.

Participó, como profesora de Matemáticas, en las actividades del Centro de Cultura Femenina de la Unión Ibero-Americana en el que formó parte de la Comisión permanente de Enseñanza. Perteneció a la Junta Directiva, como vicepresidenta en 1905, de la Real Sociedad Fundadora de Colegios para Huérfanos y Pensionistas del Magisterio de España. Fue socia de honor de la Sociedad Pedagógica El Magisterio; miembro de la Asociación de la Prensa desde 1910 y cofundadora de la Sociedad Matemática Española.

Su gran actividad como publicista queda reflejada en su obra como directora y posteriormente propietaria de la Gaceta de Instrucción Pública y Bellas Artes, así como en sus colaboraciones en periódicos y revistas de carácter profesional.

Consuelo Vello, «La Fornarina»

1884 -1915

Cupletista y mito erótico de principios de siglo XX,  levantó pasiones tanto entre las clases humildes como en los círculos intelectuales, alcanzando fama en España y en Europa.

Con un pasado de pobreza y prostitución en un Madrid hostil para las clases más oprimidas, posó como modelo para pintores y finalmente logro entrar como corista en el Teatro de la Zarzuela. Tras su paso por los más prestigiosos escenarios de variedades de la época logró el sobrenombre de la «La reina del cuplé» convirtiéndose en un símbolo de libertad sexual y modernidad europea, triunfando en Portugal, Londres, París, Montecarlo y llegando a actuar en San Petersburgo en 1909.